En San Andrés de Cuerquia logramos reunir a instituciones, líderes sociales, autoridades locales y organizaciones para concertar acciones orientadas al mejoramiento del medio ambiente en el municipio.
En Yarumal impulsamos el reconocimiento de los recursos naturales y humanos del territorio para generar conciencia sobre el uso adecuado de residuos sólidos, vinculando a la comunidad con el sector comercial, industrial e institucional.
En Briceño logramos tener conversaciones sobre cómo fortalecer la red de productores del área rural del municipio.
En Ituango la acción más importante giró en torno a la creación de espacios sobre prácticas agroecológicas y agrosostenibles.
En Olaya, a través de la promoción de espacios deportivos y ferias empresariales, fortalecimos las relaciones de confianza y cooperación entre los habitantes del municipio.
En Santa Fe de Antioquia hablamos sobre el cuidado del medio ambiente a partir de la generación de planes agroecológicos y la realización de campañas pedagógicas.
El papel de la mujer en procesos económicos es fundamental, por eso nos interesamos en fortalecer sus capacidades para el emprendimiento y la gestión financiera.
El municipio le apostó a la reconstrucción de la memoria a través de la creación de la “Casa de la memoria histórica y paz de Toledo”.
Factores como la confianza, la diversidad y la inclusión forman parte del manifiesto juvenil elaborado por los jóvenes de Buriticá para los municipios del occidente del área de influencia de la Central Hidroeléctrica.
La participación comunitaria fue la base de la promoción de los procesos turísticos del territorio y de fortalecimiento de los lazos regionales entre Sabanalarga y Liborina.
El sentido de pertenencia de la comunidad a través del reconocimiento identitario del territorio a nivel cultural, ecológico y social fue la clave del municipio de Sabanalarga.
Trabajamos de manera articulada y armónica para formar lideresas y líderes comunitarios en primeros auxilios psicológicos para fortalecer las redes de atención.